Utopia

Por mucha psicología que le pongas a la vida  ésta siempre te sorprende. La lección mejor aprendida es aquella que te permite vivir cada día con el corazón abierto, dejándote querer y expresando lo que se siente de veras, aunque a veces duela. Hace falta el transcurso de los años para poder despojarte del disfraz de la vergüenza, de la frialdad de la apariencia para dejarte mostrar como eres. Nunca sabes cual será la espoleta que encienda el corazón, la necesidad de dar las gracias por insuflar un sentimiento a veces de felicidad y otras de nostalgia o profunda tristeza, que transforma un día aparentemente anodino; que te hace ser consciente de que contamos todos o no cuenta ninguno; que siempre han estado ahí, sin hacerse ver, mientras tienden la mano que agarrarás cual asidero vital para seguir adelante. Son pocos o muchos, no importa, pero son. No son esas personas con las que afortunadamente compartes tu vida, aquellos a quienes abrazas cada día y a los que nunca t

"Desvirtuamos la infancia insertando a los niños en nuestra sociedad enferma de la cual somos esclavos. Deberíamos escucharles y construir la convivencia desde la ética y los valores humanos, echando al suelo los falsos ídolos que nos encadenan a necesidades que no son tales, en beneficio de unos pocos." Escribí estas líneas como comentario a una entrevista con el artista checo Jan Svankmajer donde hablaba del proceso creativo basado sobretodo en la imaginación, el mayor bagaje de la infancia que desafortunadamente vamos soterrando conforme crecemos adaptando arquetipos y conveniencias hasta que apenas somos conscientes de ello. Olvidamos que hubo una vez en que imaginábamos, soñábamos mundos imposibles mas no para nosotros. Nos sentíamos ligeros como plumas y capaces de tocar el cielo con las manos. Éramos libres. El niño nace libre y por ende exigente, egoísta y cruel. Pero no debemos dar a estos atributos el mismo significado que tienen cuando los aplicamos