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Mostrando entradas de abril, 2014

PALABRAS

Una mirada vale más que mil palabras, pero una sola palabra puede cambiar el sentido y la intención de una mirada. Hay palabras que se acumulan con el tiempo, los años, y se dicen cuando ya no queda tiempo para seguir reteniéndolas pero tampoco para lograr con ellas cambiar nada. Hay palabras que no se dijeron; Palabras que podían haber evitado malentendidos, lejanías no deseadas. Y hay palabras que no se podrán ya decir; que quedan en el fondo, doliendo, enseñando a expresar los sentimientos no sin vergüenza pero sí con el valor para compartirlos. Es el poder de las palabras. Una palabra enardece una multitud o acalla un gentío. A veces no se valora lo suficiente cuando se usa, a menudo de forma banal. Es paradójico que busquemos el mejor epitafio para cuando no podamos decir nada más y, a lo mejor, no hemos sabido expresar en vida aquello que hubiéramos querido decir. El uso de la palabra es mágico, peligroso, bondadoso.... Depende. La cara es el espejo del alma y las p

VIERNES SANTO

Un hombre delgado, mayor, con aspecto casi enfermizo habla de la desaparición del insigne escritor Gabriel García Márquez, acaecida ayer. El hombre, catedrático de la Real Academia Española, nos habla sentado en una silla situada en un jardín. Mientras escucho su voz, mis ojos se fijan en el movimiento de las hojas y las flores impelidas por la brisa primaveral que imagino fresca, anticipando el cambio de tiempo que parece se va a producir. Estoy sentada de forma indolente en la butaca, relajada, al lado del ventanal casi cerrado, recibiendo la luz del sol contra el cristal y también, por la pequeña abertura que he dejado abierta, siento esa misma brisa. La siguiente noticia nos relata el naufragio de un pesquero en la costa asturiana que ha causado la muerte de tres marineros. Nos ofrecen imágenes del pueblo costero y del mar, que aparece calmo y refleja en su superficie la luz del sol. Mi mente divaga y desconecta del noticiario; casi sin saberlo reflexiono acerca de l

CONOZCO

Es curioso el mecanismo de la mente humana y su capacidad para anteponer los detalles al conjunto, empequeñeciendo la visión cotidiana. Supongo que se trata de un mero método de supervivencia; Centrarnos en nuestro transcurrir diario sin fijarnos más allá del entorno inmediato.  Y está bien. Es la forma en que se preserva nuestra posición vital, nuestro lugar en el mundo que nos ha tocado en suerte. Y en base a ello nos quejamos más que gozamos de horarios, actitudes, tonos y respuestas de nuestros congéneres, cayendo en la dictadura del "yo" (yo necesito, yo debo, yo tengo que, yo creo).  Es la cultura del "trepa", del "aquí vale todo" y del "pues yo más". Llegados a este punto cualquiera de ustedes me dirá que sí, que de acuerdo, que lo que yo diga, pero que tal vez no soy yo quien madruga para trabajar toda la jornada por un paupérrimo sueldo que apenas da para pagar hipotecas, colegios y demás ataduras del sistema que entre todos c