DEDICADO

DEDICADO.

Sucedió cuando nunca pensaste que sucedería porque nunca habías pensado en que iba a ocurrir.

La vida te arrebató de repente a quien más querías. Así sin aviso, de cuajo, te dejó sola ante el resto de un camino que esperabas siempre compartido.
Y se truncaron los sueños que aún había, y muchos. Y se quedó el dolor profundo y lacerante, con una intensidad que no te dejaba respirar.
Quedó la casa vacía y el día se antojaba largo y penoso de soportar.
Y ahí estábamos todos, intentando consolar, aunque en realidad las palabras y los gestos no podían paliar la pena.

Pero el tiempo pasa y se asume aquello que parecía imposible de aceptar. Y nos decimos que es por los demás que hay que seguir adelante, pero no es cierto. Se sigue porque aún estamos vivos y la vida nos impulsa a seguir porque aún sale el sol, todavía ríen los niños y apreciamos un abrazo.
Y de esta manera, lentamente, acomodamos cuerpo y mente a otra forma de continuar. y lo hacemos solos porque es la única forma.

Cada uno de nosotros perdió: un padre, un amigo, un mentor. Y duele, duele mucho y todos nos rebelamos ante un hecho tan cruel.
Pero la vida, ¡otra vez la vida!, está ahí, llenándonos, haciéndonos escuchar las voces de quienes aún están aquí. Y nos abrazamos, nos queremos y estamos juntos porque somos parte de una cadena que empezó mucho antes que nosotros y que continuará después, cuando ya no estemos.

Quien más perdió fuiste tú al quedarte sin compañero, sin confidente, sin aquel a quien dar la mano cuando todos los demás seguimos nuestros caminos.

Pero aquí estamos y lo recordamos. Con cariño, con una sonrisa al revivir los buenos momentos que fueron tantos, con él y con todos aquellos que quisimos y ya no están. Y a veces con dolor, como ahora al escribir estas palabras que salen del corazón.

Y no pasa un solo día en que un detalle, una palabra, un libro o un lugar no nos evoque su persona.
Llevamos con nosotros las vivencias, los recuerdos, los sentimientos que nos llenan esa mochila de vida, cada vez más llena de aquello que sucedió.

Y cuando ya no quede espacio para más vivencias la entregaremos llena de amor, nostalgia y recuerdos a quienes han de seguir caminando.

                                                             A mi madre.
                                                             A mi hermano, a mi marido y a mis hijos.
                                                             Y a mi abuela, a mis abuelos.
                                                             Y sobretodo a mi padre.



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

ÚNICOS

COSAS QUE IMPORTAN

YO SOY PORQUE NOSOTROS SOMOS