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COMPLEJO Y ABSURDO

En el día de hoy podría escribir acerca de los muchos y variados asuntos que conforman la actualidad social y política: la crisis griega; la retirada de cargos a un supuesto defraudador; la deriva ideológica de algún partido e incluso de la pérdida de la misma; la prevalencia de idearios sobre las necesidades reales de la masa social.  Tantos y tantos temas que ofrecen titulares diarios, temas recurrentes, cambiantes, a veces a modo de maniquí al que se le cambian los trajes. Trajes que son nombres de personas, de lugares y conceptos, que de puro cansinos pierden la esencia y trocan en meros "sparrings" sobre los que opinar y discutir haciéndolos objeto de debate en un estéril intento de arreglar, cada cual a su modo, el dislate en que entre todos hemos convertido la relación entre individuos y la de éstos con el entorno. Los pareceres de cada uno nunca como ahora hallaron medio para darse a conocer de modo tan perentorio. Y así, por obra y gracia de las redes sociale

SOY

Imagen
Vivo de acuerdo a mi conciencia sin claudicar ya. Quiero, abrazo y soy siempre sincera con mi gente. Valoro el tiempo y el lugar apreciándolo despacio, perdiéndome en los detalles que los hacen únicos. Huyo del negativismo y la banalidad, de la superficialidad y la posesión. Me gusta ver el cielo, contemplar el mar, andar por los caminos. Adoro las flores, los árboles, los gatos, los libros. Me aferro a los abrazos, a las manos cogidas, a la calidez, a los ojos que hablan y a los labios que besan. Me amo a mi misma para poder amar a los demás. Me emocionan la ilusión y las perspectivas. Busco sueños y los imagino. Y sigo sorprendiéndome. Observo, me absorto, reflexiono, aprendo. Lleno mi mochila vital. Me cuido, me cuidan, cuido. Prefiero ser antes que tener. Soy sonrisa, soy una canción, soy silencio, soy armonía, soy paz. Soy y cuando no sea, seré. Seré recuerdo de un abrazo, de una sonrisa, de una palabra y de una canción. Seré el árbol que planté, el libro que escrib

ÚNICOS

Somos aquello que recordamos, de forma consciente o no; somos los momentos que evocamos; somos las imágenes que acuden a nuestra memoria de repente ante un estímulo que nos retrotrae a nuestro pasado. Un olor, un sabor, las manos al rozar un objeto llegan a ser poderosos vehículos para la nostalgia. Porque tendemos a casi olvidar, a soterrar aquello que nos hace ser; nos imbuimos en nuestra rutina diaria sin dejar apenas resquicios de reflexión; a menudo de forma consciente evitamos recordar pues ya no están las personas que formaban parte del recuerdo.Tal vez nos recorra el cuerpo una suerte de vergüenza al rememorar decisiones que pudieron ser otras invadiéndonos una sensación de ingratitud, apresurándonos entonces a reprocharnos siquiera la idea de anhelar una vivencia que no fue. Somos duros con nosotros mismos. Olvidamos que la mente es libre y aunque la encorsetemos en cien mil dogmas y tejamos gruesas redes de pretextos y disculpas siempre habrá una grieta por la que se col

LO TUYO ES PURO TEATRO

Ésta es la historia de un sábado por la noche después de cenar. Me disponía a coger el libro que estoy leyendo estos días, en este caso releyendo una obra maestra de Cela titulada"La Colmena", cuando reparo en el programa de televisión que se emite en ese momento. Se trata de un espacio de actualidad política que incluye entrevistas y debates. No citaré la cadena aunque tanto da, porque éste es un formato actualmente en boga y por tanto repetitivo a mayor gloria de los señores y señoras que viven de pasearse por todos los estudios de radio y televisión calentando sillas y profiriendo sus doctas opiniones (esto último léase con ironía). El diálogo en cuestión se desarrolla entre una dama rubia de carácter enérgico y parece sobrada soberbia y su incansable fustigador. No hubiera hecho mayor caso si no fuera por lo cansino del sainete, y es que a la manera de la película "El día de la marmota" me parece volver a contemplar y oír lo mismo que el sábado anterior, y

¿HASTA CUÁNDO?

Esta mañana mi hijo ha vuelto antes del instituto. Al entrar ha visto a los profesores nerviosos y hablando entre ellos. Ya en clase les han explicado lo que sucedía. Ayer por la mañana un compañero de un curso inferior, de trece o catorce años, no acudió a clase. El instituto envió un correo a los padres indicando la ausencia. Éstos contestaron rápidamente que su hijo tampoco estaba en casa y llamaron a la policía. Al poco, los agentes encontraron el cuerpo del chico. Se había suicidado tirándose de un séptimo piso. Sufría acoso escolar. El hecho me ha dejado conmocionada. No es el primer caso que conozco, pero puede que por la cercanía, el estado de animo o lo que sea me ha afectado profundamente. No puedo dejar de pensar en sus padres y aún siendo afortunadamente incapaz de ponerme en su lugar, comparto su dolor infinito. Incredulidad, negación, culpabilidad... imagino el colapso de sentimientos que les envuelve intentando comprender que ha pasado y sobretodo porqué.

¿DÓNDE SE COMPRA LA CONCIENCIA?

  Creo que la escuela debería ser un lugar donde adquirir los conocimientos necesarios para abrir la mente a los niños, mostrándoles los diversos ámbitos en que pueden desarrollar sus habilidades innatas y descubrir la posible vocación que les permita en el futuro trabajar sintiéndose totalmente implicados en las tareas que realicen. No obstante, la realidad es otra muy distinta. La escuela es un centro donde los niños y jóvenes pasan un mínimo de seis horas diarias en aulas masificadas y con programas de estudios impuestos por consejerías mal llamadas de educación, cuyo contenido se determina en función de parámetros de cariz político, económico y doctrinario. Ante ello poco pueden hacer los maestros. Metodologías equivocadas, temarios en cuyo desarrollo no se les ha consultado, alumnos muchos de ellos desmotivados sin la menor implicación con la cultura del esfuerzo y con la adquisición de conocimiento por el mero placer de aprender. No son todos bien es cierto, pero sí

...POR SI ALGUNA VEZ SOÑAMOS

La celebración del día de Navidad evoca siempre en mi interior una sensación de frío, de recogimiento, de tristeza y añoranza. Es una nostalgia perdida en calles vacías. Cielos nublados, hogares llenos donde siempre falta alguien y casas vacías donde nadie llama a la puerta ni este día ni ningún otro. La Noche vieja y el Año Nuevo representan el fin y el comienzo en armonía perfecta. Año Nuevo es alegría, bullicio, gente en la calle, griterío, fiesta, animación...eternidad. Nuevos y buenos propósitos. Es empezar otra vez de cero como cuando creíamos tener todo el tiempo por delante. Es la ilusión de disponer de muchísimos días para realizar aquellos sueños que todavía no han quedado atrás. Volviendo un poco hacia el principio proyectando en el futuro la ilusión que mantiene el presente. Sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Luego va transcurriendo ese tiempo y vamos dejando atrás los días, las horas, los minutos y los segundos. Cada vez nos quedan menos y volveremos